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SEMBLANZA DEL AUTOR

CICERÓN FLÓREZ MOYA es poeta, periodista y columnista de prensa. Nació en Condoto, Chocó Colombia (antiguamente municipio de Istmina), el 28 de diciembre de 1933. Hijo de una familia chocoana que emigró de Condoto a Buenaventura durante los turbulentos años de la explotación del oro y el platino en ese enclave minero.

Flórez Moya realizó sus estudios de secundaria en el Colegio Pascual Andagoya de la ciudad portuaria y se trasladó a Manizales en los inicios de los años cincuenta para culminar sus estudios de bachillerato en el Instituto Universitario de Caldas.

En su camino hacia el viejo Caldas, la nostalgia del intenso olor del salitre, los aromas de la carne serrana y los frutos del mar en los fogones, el movimiento bamboleante de los barcos de cabotaje sobre la bahía de Buenaventura, el horizonte marino cruzado por navieras que avanzaban con altos mástiles sobre un mar plateado e impetuoso, devolvían a Cicerón Flórez en la ceremonia secreta de los recuerdos, al ritmo agitado de la calle Sor Vázquez del puerto y a la casa de sus padres Cicerón y Petrona, donde se habían quedado sus apacibles, laboriosas y decididas hermanas, Ana Julia y Carmen, a cargo de las actividades comerciales de la familia.

Durante su juventud, el poeta nacido en las riberas del río San Juan y autor de la legendaria columna de opinión Plano Público, vivió con pasión la recepción de las ideas y los postulados de la izquierda política internacional, los procesos de descolonización en el llamado Tercer Mundo, los debates filosóficos de socialismo y capitalismo, y el impacto de las inquietudes intelectuales de las vanguardias estéticas y literarias en Europa y América Latina.

Desde comienzos de los años cincuenta, el periodismo representó para Cicerón Flórez, su principal actividad profesional e intelectual a partir de su vinculación con el periódico El Mercurio, bajo la dirección del periodista y político liberal Alberto Lleras Camargo, y la jefatura de redacción de José Font Castro.

La década de los 50, caracterizada por la tensa atmósfera política de las rivalidades partidistas liberal-conservadora y por la posterior censura gubernamental impuesta sobre la prensa hablada y escrita por parte del General Rojas Pinilla, impulsó del mismo modo proyectos periodísticos desafiantes por parte de periodistas y editores, que en el caso de Cicerón Flórez Moya, se materializó en su decisión de vincularse a Mural, un semanario que publicaba en Cúcuta la antioqueña María Helena de Crovo, con el apoyo de su esposo,  el poeta chileno Andrés Crovo Amón. Se decidió publicar el periódico como diario y Flórez ocupó la jefatura de redacción. Las condiciones eran precarias y la publicación apenas se pudo sostener un año.

El paso siguiente fue la unión al proyecto de La Opinión también en Cúcuta, un periódico liberal para el Norte de Santander, que desde 1958 se habían propuesto poner en circulación de modo obsesivo e insoslayable, los líderes políticos Virgilio Barco, Eustorgio Colmenares Baptista, Alirio Sánchez Mendoza y Eduardo Silva Carradine.

En su traslado intempestivo a la bulliciosa capital del Norte de Santander, lo acompañó su esposa Ángela Góngora de Flórez, enfermera y profesora de literatura y filosofía, oriunda de Buenaventura y con quien contrajo matrimonio a la edad de 22 años el 27 de agosto de 1955 en la Parroquia del Niño Jesús del barrio 20 de Julio en Bogotá.

En su equipaje de recuerdos, ahora a sus 84 años, Cicerón evoca que en su trashumancia “gitana” hacia la frontera colombo-venezolana por parte de la recién pareja de esposos, buscaban un nuevo escenario existencial, donde al trascurrir de los años se instalaría su círculo familiar alegre, inquebrantable y solidario. Sesenta años después del esfuerzo de crear un rotativo bajo la fogosa consigna de un “diario liberal para el Norte de Santander”, que implicó para La Opinión dar el salto de las galeras en plomo a las salas de redacción computarizadas, y en donde Cicerón Flórez se ha desempeñado como columnista, jefe de redac­ción, director encargado, y subdirector, la obtención del Premio Simón Bolívar de Periodismo 2011 a la Vida y Obra de un periodista, se traduceen un merecido “reconocimiento a una vida de ejercicio ejemplar en el periodismo, porque Cicerón ha sido protagonista de toda la historia de La Opinión. No en vano le decimos maestro”, expresó con ocasión de esa distinción Miguel Méndez Camacho, poeta y Decano Cultural de la Universidad Externado de Colombia.

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